COMPARTIR este post nos hace especial ilusión
Nuestros amigos Irene y Rafa se casaron hace 2 meses; para ellos el mejor regalo que sus amigos y familiares podíamos hacerles era COMPARTIR ese día tan feliz con ellos…y además, les hacía mucha ilusión compartir su felicidad con personas que están pasando momentos difíciles.
Desde Fila Cero, les pusimos en contacto con la Asociación Achalay España, seleccionaron 3 proyectos y nos dieron la oportunidad a todos los invitados de aportar nuestro granito de arena y hacer realidad los sueños de muchas personas en Madrid y en Perú.
Ahora preferimos que seas tú quién lea de sus propias palabras la experiencia vivida. Una vez más, GRACIAS IRENE, GRACIAS RAFA.
“Todo se puso en marcha aquel día que nuestros amigos Jorge y Leti nos dijeron “¡Os montamos una Fila Cero!, nos encanta vuestra idea”. Nos casábamos y queríamos compartir lo afortunados que nos sentíamos convirtiendo un regalo para dos en ayuda para muchos. La ayuda de esta pareja fue sin duda un eje imprescindible para que esta iniciativa llegara a buen puerto.
El intercambio de emails y varias llamadas de larga distancia forjaron la idea y el camino. Fue así como, a través de Fila Cero, contactamos con nuestro amigo Ramón de Achalay. Mantuvimos un par de charlas muy agradables sobre opciones de cooperación que nos llenaron. Su sencillez, cercanía y ganas de transparencia nos hizo tener muy claro que Achalay sería una gran apuesta. Este sería el inicio de una gran aventura para hacer juntos “algo maravilloso”, tal y como Ramón traduce y entiende Achalay (www.achalay.com).
Pepe y todos los amigos de las comunidades nos abrieron las puertas de sus casas y de su vida. Una enorme alegría y emoción el poder ver con nuestros ojos que las comunidades están poco a poco saliendo adelante gracias a proyectos como la cría de cuyes y alpacas, educación para la salud y la nutrición, o los banquitos solidarios.
La realidad de las comunidades es extremadamente dura. Su día a día es mucho más difícil de lo que cualquiera pueda llegar a imaginar antes de vivirlo. Las condiciones son extremadamente precarias, sin contar en muchos casos con agua o electridad, ni en las casas ni en los lugares comunales. Los ingresos de las familias se reducen a unos pocos soles que no les permiten una educación y nutrición adecuada para los más pequeños, y que en definitiva les lleva a un estancamiento de las actividades económicas, agrícolas de subsistencia y agropecuarias extensivas.
Y sin embargo, su hospitalidad fue una de las más generosas que hemos visto jamás.
Nos hicieron formar parte de su familia compartiendo sus alimentos, sus costumbres, sus dificultades, sus retos y logros. Cada una de las comunidades nos tocó muy dentro desde sus muy diversas necesidades y situaciones. Sus ganas de salir adelante y su agradecimiento más profundo por el apoyo que les traemos desde España nos hicieron humedecer los ojos a menudo.
Recíprocamente nosotros aprendimos a disfrutar y compartir con toda la familia unas truchas recién pescadas o una simple sopa con los alimentos disponibles; aprendimos la fuerza del espíritu colectivo de apoyo entre todos los miembros de la comunidad, el coraje de las mamitas al luchar por la superviciencia y por la equidad en todos los entornos, el esfuerzo de los niños que necesitan caminar varias horas cada día para tener acceso a una educación que les permita forjar un futuro para sus familias: pero sobre todo la generosidad, alegría y espíritu de superación ante la adversidad.
Momentos muy cercanos, cálidos y muy enriquecedores que no olvidaremos jamás y que nos ayudarán a ser mejores personas cada día.
Estamos seguros que este es el comienzo de algo mucho más grande, puesto que nos hemos dado cuenta que se pueden cambiar las cosas y hacer de este mundo un lugar un poquito mejor.
Esperamos que los varios miles de euros que hemos reunido sirvan para implementar un banquito solidario en la Comunidad de Sornisi, para consolidar el banquito solidario de la Comunidad de Mujeres de Chorrillos, para ayudar a sostener el Aula de Empleo de San Blas y para implementar la campaña Prevención de Cáncer de cuello uterino e infecciones vaginales en dos o incluso tres Comunidades de Mujeres (aproximadamente 85 mujeres), entre ellas las Comunidades Surimana y Tococcori.
Estaremos encantados de compartir con vosotros mayor detalle sobre nuestro aporte económico a cada uno de los proyectos, y sobre su descripción, objetivos y resultados. Ojalá podamos volver nosotros u os animéis alguno de vosotros, ha sido una experiencia que no olvidaremos y que os invitamos a vivir.
Gracias a todos los que pusisteis vuestro granito de arena y ahora formáis parte de esta aventura. Gracias a nuestros amigos de Fila Cero por ser nuestra fuente de inspiración y por compartir vuestro espíritu por cambiar las cosas. Gracias a Achalay por haber hecho posible todo esto y por apoyarnos en algo maravilloso. Gracias a Pepe y Janet por enseñarnos tanto durante nuestra estancia en Perú, por ser nuestro canal de comunicación en Quechua y por compartir cada uno de esos momentos para hacernos sentir como en casa.”
Irene y Rafa
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